Desde el comienzo de los tiempos el ser humano se ha servido de todas las partes de algunas plantas para combatir y prevenir enfermedades o estados de ánimo. Estas costumbres se relajaron desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días, debido a la aparición de los fármacos en todas sus vertientes. Las todopoderosas compañías farmacéuticas nos han ido haciendo olvidar los remedios naturales ofreciéndonos compuestos envasados (en algunos casos los mismos compuestos naturales) no siempre útiles y a través de los cuales se han forjado enormes corporaciones farmacéuticas que llegan a decidir sobre el derecho a la salud de algunos pueblos o estados. Es cierto, no obstante, que estas corporaciones son útiles y necesarias pero sí queremos reivindicar, por un lado la necesidad de controlar su actividad y comportamiento ético y, por otro lado, el retorno de el conjunto de nuestras sociedades a la utilización de elementos naturales (siempre en la medida de lo posible), para la conservación de nuestra salud y la prevención de enfermedades.
Muchos de los trastornos más habituales pueden tratarse de forma segura con plantas naturales, medicinales y curativas. A continuación referimos algunas de ellas:
- Ajo (Allium sativum) reduce eficazmente el colesterol, favorece el control de la tensión arterial, es anticoagulante y tiene propiedades antioxidantes. Todo ello lo convierte en un eficaz aliado en la protección del corazón. La dosis diaria recomendada es de un diente de ajo crudo ( 6-10 mg de aliina).
Reducir la ingesta de grasas saturadas, aumentar el consumo de aceite de oliva virgen, comer cereales integrales, verduras y frutas son aliados para conseguir tener unas arterias jóvenes y sanas. Además practicar un ejercicio moderado con asiduidad completara la profilaxis.
- Menta. (Mentha piperita) se emplea para combatir las jaquecas. Una parte de aceite esencial diluido en nueve de alcohol. Realizando un masaje circular en las sienes con unas gotas alivia, generalmente, el dolor de cabeza. Se puede aplicar sobre cualquier zona dolorida del cuerpo. Y para las molestias digestivas, diluir tres gotas del aceite esencial puro en un vaso con agua y tomar tres veces al día. Con estos sencillos pasos evitaremos ingerir analgésicos que son, quizás, los medicamentos más empleados
- Zaragatona(Plantago afra) es rica en mucílagos, lo que explica su acción como laxante eficaz y suave. El consumo regular normaliza el ritmo intestinal y se puede combinar con un 35 por ciento de semillas de lino. Se deja macerar en medio vaso de agua una cucharada sopera de semillas trituradas durante media hora y se toma en ayunas; si la situación lo requiere se realizaría una segunda toma antes de acostarse. Para un efecto completo es importante acompañar las tomas con abundante líquido.
Con este remedio evitaremos tomar los laxantes propuestos por las farmacéuticas que generalmente, sin un uso controlado y ponderado, hacen crónico el problema en lugar de resolverlo.
- Címifuga (Cimicifuga racemosa), combate los sofocos, la sudoración, las palpitaciones, la depresión y otras alteraciones asociadas a la menopausia. Aumenta la eficacia de los estrógenos producidos por el propio cuerpo y, además, carece de efectos secundarios. Según necesidad la posología es de tres a seis cápsulas al día. La Cimifuga se ha demostrado, en algunos casos, como una alternativa a las terapias hormonales que en el pasado causaron, aparentemente, un aumento en los caso de cáncer de mama.
El sauzgatillo, el aceite de onagra y la salvia son algunas sustancias naturales que ayudan a minimizar los efectos del climaterio femenino.
- Hipérico (Hypericum perforatum) o hierba de San Juan, para depresiones leves o moderadas se toman trescientos miligramos de extracto tres veces al día, aunque se pueden usar cantidades mayores bajo supervisión médica. Los resultados empiezan a notarse a partir de los diez días. Debido a sus posibles efectos secundarios e incompatibilidades es aconsejable tomar esta hierba bajo supervisión médica. La depresión leve se puede abordar incluyendo alimentos que proporcionen vitamina B1 (yema de huevo, cereales integrales y soja), que mejora y estabiliza el ánimo, y selenio (pan integral, nueces de Brasil o lácteos). El ejercicio físico, las técnicas de relajación y la terapia psicológica son otras herramientas útiles.
- Espino albar (Crataegus monogyna) es un antihipertensivo natural rico en flavonoides y taninos que modera la tensión arterial alta. Para obtener resultados, es necesario un tratamiento constante a razón de dos tazas de infusión diarias. Los síntomas cardiacos comienzan a mejorar a partir de las seis semanas. También se puede consumir en cápsulas de extracto seco en la dosis recomendada por su médico. Es necesario suspender la administración si aparecen arritmias cardiacas, somnolencia, molestias estomacales o sudoración anormal.
La dieta de los hipertensos debe ser baja en grasas saturadas y en sal. Son buenos los alimentos ricos en calcio (repollo, avellanas, almendras o sardinillas), magnesio (cereales integrales, frutos secos y verduras) y potasio (frutas, verduras y patatas). Es aconsejable hacer regularmente ejercicio físico y mantener el peso.
- Valeriana (Valeriana officinalis) es el remedio natural contra el insomnio más eficaz y no causa adicción ni despertar confuso. Es necesario tomar la valeriana entre una hora y media y dos horas antes de acostarse. Se puede tomar en forma de infusión o de pastillas. Con la Valeriana evitaremos los posibles riesgos de adicción que producen los somníferos farmacéuticos además de un sueño de mayor calidad.
Es fundamental establecer buenos hábitos de sueño, con una cena frugal y digestiva.
La intención de este post es incidir en el hecho de que en algunos casos hay alternativas naturales a los productos farmacéuticos si bien al igual que ocurre con estos ha de ser un médico especialista el que refrende la conveniencia de su uso. Algunos de ellos, si se toman sin control, pueden tener efectos secundarios nocivos para nuestra salud.
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