Las pulseras o brazaletes son actualmente una de las joyas más comunes con infinidad de variaciones, estilos, precios o función. Obviamente en estos post nos vamos a centrar en ellas como artículo de moda o joyería pero no hemos de olvidar que estos complementos se usan para muchos otros fines más prácticos, alejados de glamur, como la identificación de enfermos en hospitales o identificación de huéspedes en hoteles.
Del griego brachile (del brazo) derivo en diferentes formas el término brazalete. Pero más allá de la antigüedad etimológica está el uso de estos complementos. Los hombres primitivos cubrían sus muñecas con pieles de animales. Este uso pudo estar determinado en la necesidad de protegerse del frio en un primer momento, pero su uso adquiriría un carácter de status social rápidamente. El uso de esos primitivos brazaletes o pulseras pasaría rápidamente a la confección de estos elementos con plantas, maderas, piedras y huesos. Se han encontrado pruebas fehacientes de su uso en piezas con una data de más de ochenta siglos a. de c., como el brazalete de obsidiana encontrado en Turquía en 1995 o las encontradas en una cueva de Denisova, Siberia, algunas de las cuales fueron datadas hace más de 40.000 años.
Sea donde fuere el lugar en el que aparecen, de lo que no hay ninguna duda es que han existido prácticamente en todos los lugares del mundo y en casi todas las culturas. A menudo su uso ha estado relacionado con ceremonias religiosas o como manifestación de estatus o poderío. Con el devenir de los años se fueron convirtiendo, también, en un elemento de regalo, de manifestación de afecto y como forma de pago o trueque.
Tan complejo e indeterminado, en algunos casos, es precisar la historia del uso de las pulseras como una descripción completa de los diferentes tipos, variaciones y modelos que se han hecho y se pueden hacer de este popular complemento.
Una de las divisiones más simples que se pueden hacer son las que dividen a estas en función del material con el que están realizadas: pulseras de cuero, de cuerda, metálicas, de tela, plástico o de los mil y un materiales sintéticos que se nos puedan ocurrir.
A.D.SAIZ
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