¿Qué joyas usaban las culturas precolombinas?

Bajo el auspicio de los Reyes Católicos, Cristóbal Colón piso tierra en el continente americano en 1492. Este descubrimiento represento para Europa la apertura a culturas antes desconocidas, la incorporación de nuevos alimentos a su gastronomía y un pulmón para algunos estados en los que las opciones de encontrar nuevas opciones de vidas eran escasas para la mayoría de sus habitantes. Al mismo tiempo, la ignorancia de alguno de los nuevos moradores y la avaricia y necesidad de financiación de los viejos reinos europeos causo a lo largo del siglo XVI l colapso de algunas de esas nuevas civilizaciones descubiertas. Los nuevos moradores  hicieron acopio de objetos de oro, joyas, adornos de templos y ciudades para fundirlos y enviarlos al viejo continente para sufragar pactos y guerras interminables. Muchos de estos envíos fueron engullidos por los mares  que atravesaban con los barcos de la época, en muchos casos “cascarones” de madera y telas.

Desgraciadamente, por estos motivos, una gran parte de la historia de algunos pueblos precolombinos sigue siendo un misterio a día de hoy. Nuevos descubrimientos arqueológicos y  la consulta de documentos y notas de la época van e irán arrojando luz sobre los mismos en el futuro.

Una crónica de la época relataba: "Las mujeres usan pendientes, collares, tobilleras y pulseras. Los hombres,  llevan los mismos adornos y además se hacen agujeros en el tabique nasal para llevar piedras preciosas y joyas de metal. Se hacen agujeros directamente debajo del labio inferior para vestir  ornamentos en el mentón de cristal de roca, conchas, ámbar, turquesa u oro. También llevan grandes y espléndidos arreglos de plumas en la cabeza y la espalda (...) todo está regulado estrictamente de acuerdo con un orden jerárquico. Sólo el emperador puede usar una turquesa en la nariz y la perforación de esta incluye una solemne celebración en el momento de su toma de posesión... "

Los pueblos precolombinos estaban formados por muchas tribus dispersas por el centro y sur del continente americano. Cada tribu producía diferentes tipos de objetos en oro y joyas de variadas calidades y con prolífico uso de  materiales. Existen varios ejemplos, en Méjico los aztecas usaban el oro al que definían como  "los excrementos amarillos de los dioses." En la Península del Yucatán, en Chichén Itzá, se encontraron restos de oro en los cenotes de sacrificios.  En las poblaciones andinas y más concretamente en Chavín, Perú, se han documentado espléndidos descubrimientos de piezas de oro de los mochicas.

En los pueblos precolombinos de América del Norte las plumas jugaron un papel muy importante. Las más utilizadas fueron las del quetzal  (hoy en peligro de extinción) que se utilizaron en los ornamentos ceremoniales que transformaba el cuerpo humano en una especie de hombre-pájaro, mítico y venerado. Un magnífico ejemplo es la corona que se cree ofreció Moctezuma, el rey de los aztecas, a Cortés, y que hoy se conserva en Viena.

Podemos asegurar que la famosa leyenda del Dorado no es cierta, al menos en su totalidad. Entre la joyería precolombina, es muy raro encontrar objetos de oro puro. De hecho, sólo se utilizaba una aleación de cobre, plata y oro de baja calidad denominada Tumbaga. El color rosa dado por el cobre a esta aleación fue disfrazado con una técnica que implicaba el tratamiento de la superficie del objeto con ácido oxálico y luego recalentar con el fin de fundir las partículas de la superficie del cobre. El resultado final se parecía demasiado al oro auténtico.

Sin embargo, este truco fue descubierto por los europeos demasiado más tarde una vez que la codicia había hecho mella sembrando el robo y la destrucción. Como ejemplo ilustrativo la ciudad de Cuzco fue descrita así por un visitante: "... Las paredes están cubiertas con hojas de oro y, entre las piedras utilizadas para su construcción, hay nichos con todo tipo de decoraciones en plata y oro. La reproducción de la naturaleza es tan completa que incluso las hojas y las pequeñas plantas que crecen en las paredes se han cuidado al detalle. Aquí y allá están esparcidos sobre oro y plata, lagartijas, mariposas, ratones y serpientes. Todo está bien hecho y colocado por lo que uno tiene la impresión de ver perfección en todas las direcciones".

Se adoraba principalmente al Sol y este tenía templos dedicados que se describen con las paredes cubiertas de oro y los rituales, de los que quedan evidencias en las crónicas de la época, se realizaban con espléndidas joyas decoradas con simbologías al respecto. Entre los objetos de culto más curiosos podemos destacar dos pequeños recipientes utilizados para contener cal viva y hojas de coca, utilizados para aumentar los efectos alucinógenos durante los ritos sagrados.

Además de símbolos dedicados al sol, en la joyería precolombina, podemos encontrar figuras humanas, animales estilizados tales como las serpientes, felinos, cocodrilos, aves, etcétera y y figuras zoomorfas a medio camino entre lo humano y lo animal. Los collares estaban hechos de cuentas sólidas, de piedra pulida o de oro, en formas cónicas, alargadas o esferas. Los adornos para la nariz eran generalmente grandes y en forma de media luna, mientras que los pendientes eran de una forma plana y circular. Era una creencia generalizada de los pueblos precolombinos que el piercing realzaba los sentidos de la parte del cuerpo perforada,  agujeros en los lóbulos de las orejas para oír mejor, el agujero de la nariz y el del labio para aumentar y resaltar la importancia de la palabra y en el caso de grandes anillos en la nariz, para ocultar la boca, con el fin de impedir la entrada de los espíritus malignos.

A.D.SAIZ

Comments (0)

No comments at this moment

Síganos en Facebook