¿Una joya de oro de 14 o de 18 quilates?

Es habitual entre los compradores de joyas dudar ante productos  de oro con diferentes quilates. Existen multitud de variaciones que normalmente oscilan entre los siete y los veinticuatro, pero lo más usual es en una joya utilizar oro de 14 o 18 quilates. ¿Cuál es la diferencia? Eso es lo que vamos a intentar explicar en este post.

Lo primero que habremos de entender es que es un quilate en el oro. Básicamente se considera un  quilate a una ventiacuatroava parte (1/24) de oro puro en la aleación. Por ejemplo, una pieza de 14k tiene un 58,33% de oro puro.

Los metales con los que se alean las piezas de oro de 14 y 18 quilates son el cobre, cinc, plata, paladio o níquel. De estas aleaciones se obtiene una mayor o menor dureza y el color definitivo de la pieza.

Por ejemplo, en contra de lo que se suele pensar, una pieza de 14 quilates tiene más dureza que una de 18K debido a los metales de la aleación. El oro es un material dúctil, maleable y blando. Estas aleaciones de 14 quilates son recomendables en las cadenas pues las dota de mayor resistencia a la deformación y rotura. Además soportan mejor el desgaste que las aleaciones de 18K, lo que las hace recomendables para el uso diario. Si su uso es esporádico, la opción de 18 quilates o superior es una excelente opción.

Otra característica reseñable es que dado su contenido menor de oro puro, una pieza de catorce quilates resultará más económica que una de dieciocho, al menos en cuanto a su peso en gramos. Obviamente una joya terminada tendrá un precio en el que el trabajo y diseño forma parte del precio final por lo que en muchos casos una joya de 14 quilates puede ser más cara, para un cliente final, pesando lo mismo que una de 18k.

El color también, en algunas ocasiones, puede ser un indicativo del número de quilates de una pieza. Al contener mas oro una joya de dieciocho quilates, puede verse con un color amarillo más intenso. Pero como decía solo en algunas ocasiones, porque si una pieza de catorce está bien aleada y bien rematada por el artesano que la ha fabricado resulta muy difícil encontrar la diferencia a simple vista, incluso para un profesional. En esos casos hay que recurrir a mirar el contraste.

Por último, un factor determinante a la hora de adquirir una pieza y que no tiene relación con el aspecto  es los materiales de la aleación. Hay muchas personas que pueden manifestar reacciones alérgicas a algunos metales, sobre todo al níquel. En estos casos puede ser necesario recurrir a aleaciones de 22 e incluso de 24 quilates o bien buscar oro de 14 o 18 quilates cuya aleación esté libre de níquel.

Así pues estos son los aspectos más relevantes a la hora de elegir una pieza de joyería: el precio, la durabilidad, el color y las posibles alergias.

A.D.SAIZ

 

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