¿Qué hago con las joyas que no quiero?

A lo largo de nuestra vida vamos atesorando multitud de piezas de joyería que en muchos casos no usamos porque su tamaño ya no nos vale o, simplemente, porque no nos gustan. Puede ocurrir, también, que estemos atravesando un bache laboral y económico y necesitemos liquidez. Sea cual sea la razón, vender nuestras joyas de oro puede ser una opción a considerar. En este post vamos a repasar algunas acciones básicas para rentabilizar nuestra venta lo máximo posible.

Lo primero que hemos de hacer es conocer que valen nuestras joyas lo más exactamente posible. Comprobaremos los quilates que tiene cada una de nuestras piezas. Como vimos en nuestro anterior post podremos encontrar el contraste con la cantidad de oro que contienen, grabado en nuestras joyas. Una vez localizado el contraste nos aseguraremos del tanto por ciento de oro que contiene. Si aparece la marca 18K sabremos que contiene un 75% de oro puro (18/24). Repetiremos es acción con cada una de las piezas que queremos vender.

A continuación pesaremos cada pieza por separado. Dado que ya conocemos la cantidad de oro que posee, con una simple regla de tres conoceremos el peso del oro con exactitud. Por ejemplo si tenemos un anillo de dieciocho quilates con un peso de cuatro gramos sabremos que poseemos tres gramos de oro en total. Repetiremos este paso con cada una de las joyas y finalmente sumaremos los totales y conoceremos la cantidad oro que vamos a vender.

El peso total obtenido lo multiplicaremos por el precio actual del oro y sabremos el valor de lo que queremos vender. El cotización del oro fluctúa a diario por lo que el valor variara de un día para otro. También ha de tener en cuenta que el comprador al que recurramos, posiblemente, nos ofrecerá un precio más bajo al del mercado oficial. Por esta razón es conveniente pedir oferta a varios compradores de oro, obtendremos así una idea más precisa de lo que podemos conseguir.

Oro reciclado

Tenemos varias vías para sacarle partido a nuestras joyas. La primera son las casas de compra venta de oro que tanto han proliferado en los últimos tiempos, nos pagarán al peso puro y duro. Las casas de empeño son la segunda opción, nos pagarán menos pero de forma rápida y tendremos la posibilidad de recuperarlas. Algunas joyerías también compran o cambian joyas con el objeto de revenderlas después. Por último, si nuestras piezas tienen un valor único por su diseño, antigüedad o fabricante, las casas de subastas pueden ser la mejor opción para conseguir un buen precio.

 Hay que tener en cuenta que si la pieza que queremos tasar tiene engarzado alguna gema o diamante habremos de desmontar las piedras previamente para poder descontar su peso y generalmente será más provechoso para nosotros vender estos componentes por separado.

Con independencia de que canal de venta elija le recomendamos que consulte con varias tiendas sobre el precio, antes de decidir.

A.D.SAIZ

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