Los pendientes son un complemento habitual en nuestro atuendo. Con su uso pretendemos mejorar nuestra imagen, poseer una apariencia más agradable y potenciar nuestra mirada haciéndonos sentir más femeninas.
Hay pendientes de todos los estilos, formas, materiales y tamaños imaginables. Elegir los que se adaptan a nuestra cara no es una cuestión baladí. Si no acertamos con nuestra elección seguramente conseguiremos el efecto contrario al deseado, realzaremos nuestras imperfecciones y tendremos un aspecto poco atractivo. Saber qué tipo de rostro tenemos y cuáles son los tamaños y formas que más nos convienen nos ayudarán a ser percibidas guapas y elegantes, aportándonos seguridad. Lo primero que hemos de hacer es colocarnos ante un espejo y analizar cuál es la forma de nuestra cara. Básicamente se definen cinco formas, redonda, ovalada, cuadrada, triangular o de corazón y alargada.
Cuando os estéis mirando, es posible que no os veáis reflejadas con claridad en alguna de estas formas. No importa, tendréis que buscar alguna semejanza y probar.
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Si nuestra cara es redonda tendremos que intentar crear la ilusión de una cara más larga. Unos pendientes en forma de gota serán una buena opción porque alargarán tus facciones. Usa pendientes finos y largos, huyendo de grandes alharacas y de los grandes aros, que ensancharían tu cara.
Si tu cara es ovalada, la forma más codiciada por las mujeres, puedes optar por los pendientes clásicos o de perlas. En realidad tienes mucha suerte pues podrás optar a llevar prácticamente cualquier estilo, forma o tamaño dependiendo solo y exclusivamente de la ocasión y tus propios gustos.
Tu rostro tiene forma cuadrada, pues tu complemento ha de suavizar las líneas de tu mandíbula. Los pendientes de lágrima pueden ser una buena opción, si bien tendrás que cuidar el tamaño de los mismos, no deben sobrepasar el límite del mentón. Debes huir de los pendientes con formas geométricas definidas, triángulos, estrellas, etcétera que exagerarían la forma de tu cara.
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La cara tiene forma de triángulo invertido o corazón. Debes usar pendientes que sean más anchos en su parte inferior en forma de lágrima o desplegable. Aunque son bonitos y por alguna razón resultan muy atractivos para las mujeres con esta configuración facial, no debes usar pendientes con la forma de tu cara. Los aros grandes, si te gustan, son una buena opción.
Si tu cara es alargada tienes que compensarlo usando pendientes anchos que equilibren la forma espacial y te otorguen un aspecto más redondeado. Los grandes aros, las grecas o las figuras serán una opción para ti, de las que podrás disfrutar.
En definitiva, sea cual sea la forma de nuestro rostro encontraremos en el mercado los aretes o pendientes que mejor se adapten a las dos principales premisas, que nos gusten y que nos sienten bien.
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