Un collar para hombre

Quedan lejos los tiempos en los que el collar de un hombre podía ser de cualquier cosa. No lo digo en sentido peyorativo ni mucho menos, pero si echábamos una ojeada a los que podíamos ver en un día de playa, encontrábamos collares de madera tallada, fichas de scrabble o colmillos de cualquier bicho. Resulta imposible clasificar las opciones de colgantes que un hombre (y alguna que otra mujer) eran capaces de colgar de su cuello.

Aunque existe una cierta asociación hay una gran diferencia entre un collar y una gargantilla. La segunda se ajusta al cuello, no cuelga, y suele adornarse con elementos y diseños  a intervalos regulares. Los hombres, sobre todo jóvenes, las usan con frecuencia. En distintos materiales como el cáñamo, cuero o la plata. Muchas son reminiscencias modernas de la cultura hippie.

Actualmente los varones son muy exigentes a la hora de lucir gargantillas o collares. No tanto con el producto, lo son con la comodidad. Si el complemento no es cómodo lo descartarán inmediatamente. También difieren de las mujeres en el material, es poco frecuente ver a un hombre con una gargantilla de oro o ese tipo de gargantilla del que pende algún motivo o adorno en su parte central.

Cordón con Barra 3D Personalizada

La cadena o cordón con el que lucir el collar o colgante puede ser de múltiples materiales y longitudes. Este aspecto dice mucho del hombre que lo lleva y su carácter.

Los metales preciosos son para hacerse notar. Si van a soportar algún colgante masculino, por lo general son finos. En este caso, con raras excepciones que siempre existen, los varones son cuidadosos con el efecto que produce la joya que portan. Por lo general, son minimalistas y no pretenden destacar y en ocasiones terminan semi-ocultos debajo de la camisa. Dejamos fuera las joyas de componentes étnicos o tribales que algunos grupos de población exhiben como un elemento de estatus o cultura.

El cuero, para soportar colgantes de plata, cobra protagonismo en ambientes relajados, naturales, con ropa de sport y líneas modernas. De mayor tamaño que las cadenas de oro o plata no son un buen complemento con camisas con cuello o con la denominada “ropa de vestir”.

Cáñamo o cintas de tela son usadas para las gargantillas con trenzados o tejidos ornamentales. Aportan un aspecto totalmente casual, inspirado en series de televisión de entorno playero, reminiscencias hippies. Los hombres que las llevan resultan desaliñados pero atractivos al mismo tiempo.

Todos estos soportes se pueden intercambiar con facilidad. Un mismo colgante puede lucir bien en una cadena de plata o en un cordón de cuero, en distintos ambientes o momentos.

La longitud de la cadena es otro elemento a tener en cuenta. Afecta al tipo de collar o colgante que elijamos y al tipo de vestimenta con el que se combina.

Por ejemplo, un collar corto, o gargantilla, no debe ser usado por los hombres cuando visten traje y corbata. Resultan inusuales bajo una camisa de vestir.

 Colgante Púa de Rock para Hombre

Los de talla mediana, terminan por encima del esternón justo en la base del cuello, son ideales para lucir una simple cadena, sin adornos. Permite hacerlos visibles con una camisa desabrochada o con una camiseta de cuello redondo. Este tamaño no es adecuado para utilizar un colgante pues en la mayoría de los casos quedaría cubierto.

Los de tamaño largo, son adecuados para colgantes. Por lo general se usan con atuendos muy de sport dado que hay que llevar varios botones abiertos o cuellos en V para que se vea el colgante.

Como conclusión podemos decir que un buen collar es un excelente complemento para un hombre bien vestido, al igual que un anillo o una corbata o un buen conjunto de gemelos. No es algo que se lleve todos los días a excepción de las medallas de carácter personal o religioso que muchos llevan permanentemente.

Anabely

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