En las piedras preciosas, incluidos los diamantes, suele aplicarse una máxima “Cuanto más raro, más valor”. Un ejemplo lo podéis encontrar en el Oppenheimer Blue, considerado el diamante más grande del mundo, de 14,62 quilates y por el que, si dispones de más de 36 millones de Euros, podrás pujar el próximo 18 de mayo en la subasta que celebrará Christie´s.
En los diamantes la ausencia de color suele ser el aspecto más valorable debido a que es menos frecuente encontrar diamantes totalmente incoloros. Existe un rango sobre el que se mide la rareza de un diamante y los saturados en colores rosas azules y verdes también se consideran raros y por lo tanto valiosos. Una leve diferencia en el tono o el color puede repercutir en la tasación de una piedra.
El color. La clasificación de los diamantes por color es un proceso altamente complejo y especializado que se realiza en laboratorios que cuentan con elementos de precisión. Algunos de estos certificadores son: GIA:Gemmological Institute of America, Amberes: Bélgica, L.O.: Lejano Oriente, AGS: American Gem Society, CIBJO: Confederación Internacional de la Bisutería, Joyería, Orfebrería, IDC: International Diamond Council o Escandin: Estándar escandinavo.
Si tomamos como ejemplo el sistema de GIA para la clasificación de diamantes por color, encontramos que está diseñado para acomodar el hecho de que no todos las piedras tienen la misma profundidad de color. Por ejemplo, diamantes amarillos se producen en una amplia gama de saturaciones, mientras que los diamantes azules no lo hacen.Los diamantes con colores rojos o rojizos son extremadamente raros y de gran valor. Los rosas puros son más habituales que los diamantes de color púrpura, anaranjado, parduzco o grisáceo. Los diamantes azules son extremadamente raros. Los de color verde, lo son generalmente de tono ligero y bajo en saturación. Su color aparece a menudo silenciado, con un tono grisáceo o marrón. En cualquier caso, los verdes son extremadamente raros. El marrón es el color del diamante más común y también el más antiguo que se utiliza en joyería. Los diamantes marrones varían en tono desde muy leve a muy oscuro. Generalmente, los consumidores prefieren los diamantes de color marrón en medio de tonos oscuros con un ambiente cálido. El amarillo es el segundo color más común de diamante. Los diamantes amarillos veces se comercializan como "canario". Hasta finales de la década de 1990, no había mucha demanda de diamantes negros, pero los diseñadores empezaron a usarlos en joyería, haciéndolos contrastar con pequeños diamantes incoloros en la configuración Pavé y comenzaron a ganar popularidad. También existen diamantes blancos. Tienen un color lechoso. A veces los diamantes blancos se cortan para mostrar brillos opalescentes.
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