Como nos define nuestro nombre

Tradicionalmente, aunque depende del país, región o pueblo, los nombres se imponían a los hijos con un criterio costumbrista. En las culturas anglosajonas, era frecuente que el primer hijo de una pareja llevara el nombre del abuelo paterno y el segundo el del abuelo materno. En Europa, incluido el Reino de  España, se han observado costumbres parecidas. En muchos pueblos del interior peninsular la elección del nombre era tan prosaica como aplicar al neonato el nombre correspondiente al santoral del día. Mi padre, sin ir más lejos, paso parte de su vida maldiciendo su nombre y la costumbre por la que se lo impusieron, aunque no lo citaré por respeto a los gustos del lector.

La heráldica y la genealogía han trabajado para relacionar a los individuos y sus linajes bajo unas nomenclaturas, los apellidos. Pero la diferencia con el nombre que denominamos de “pila” es, que este es nuestro y no depende de linaje alguno. Es otorgado libremente, sin arraigo y, sin lugar a dudas, nos pertenece. Es la primera decisión de nuestros padres, si obviamos la de la fecundación, hacia nosotros.

No obstante, los patrones que los padres utilizamos para elegir el nombre de nuestros vástagos, si están sujetos a factores y axiomas coyunturales. Existen otros factores a la hora de poner un nombre que sin lugar a dudas condicionan el resultado final.

Uno de ellos es el idioma. Siendo el mismo nombre no suenan igual en todos los idiomas, además en algunos casos a esos sonidos se les dota de otras connotaciones que pretenden, de hecho lo son, hacerlos diferentes. Un ejemplo práctico puede ser el del monumental enfado del ex-político catalán Josep Lluís Carod Rovira cuando en un programa de televisión alguien le llamó Jose Luis. Esto nos llevaría a otras cuestiones ¿nos llamamos o nos llaman? O ¿hemos de pronunciar los nombres en nuestro idioma o en el de origen?, si bien no son  objeto de este post.

Otro condicionante es la región en la que vivimos.  En cada zona geográfica existen costumbres con respecto a los nombres y de forma natural nos inclinamos a utilizar los que nos resultan más familiares. Aunque no existe restricción alguna al respecto no es probable, si vivimos en Jaén, que utilicemos para nuestros retoños nombres como Koldo o Antía.

Actualmente cualquier persona puede cambiar legalmente su nombre de una forma más o menos fácil.  Pero estemos o no de acuerdo con el nombre que tenemos existe una variable que raramente controlamos: los apodos o nombres familiares.

En unos casos provienen de las contracciones del mismo nombre, de sus diminutivos, apelativos cariñosos o de la ley del mínimo esfuerzo, por ejemplo llamar a Penélope simplemente Pe.  Los apodos están muy generalizados en casi todas las culturas. Las anécdotas al respecto son interminables. Hace algunos años en un pueblo de la comarca zamorana de Sayago, conocí a un septuagenario que todos apodaban “el bragao”. Sería totalmente normal si no fuese porque a fuerza de llamarle por el apodo, todo el mundo incluso él,  había olvidado su nombre. Investigando entre las partidas de bautismo y los datos que obraban en el registro descubrimos  que le habían acristianado con el nombre de José. La realidad es que nunca había sido su nombre más allá de que le hubieran registrado así.

Ejemplos existen infinidad: Francisco: Paco, Curro, Fran, Chisco, Kiko, Chencho, Pancho,  Pachi. Rosario: Chari, Charito, Charo, Chayo, Chale, Chayis. Ignacio: Nacho, Ig, Iñaqui, Iñigo, Nachete. Antonia: Toñi, Toña, Antonieta, Toni, Tona. Y un largo etcétera de estos ejemplos comunes. Luego en cada caso se adaptan nuevos y diferentes apodos, alias o motes para cada individuo.

Durante muchos años, en la península Ibérica, los nombres que tuvieron mayor uso fueron los provenientes de los textos bíblicos de origen hebreo, los latinos y en el caso de las grandes cunas los germánicos. Todos ellos debidamente bendecidos por las autoridades eclesiásticas que desde el Medioevo han tenido mucha influencia. Actualmente se abren camino nombres populares en otros idiomas como Iván, Hugo o Kevin.

A.D.SAIZ

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