¿Por qué usamos pulseras, brazaletes, tobilleras y pendientes?

Pulseras, brazaletes y tobilleras

Una pulsera es básicamente un círculo de cuentas o metal que se lleva en las muñecas. Cuando se les da mayor anchura y se colocan por encima del codo se denominan brazaletes e igualmente cuando se colocan en las piernas por encima de los tobillos, tobilleras.

Los vestigios más antiguos pertenecen al Neolítico. Se han encontrado pulseras y brazaletes en sepulturas de la edad del bronce y en enterramientos del antiguo Egipto. Referencias a estos accesorios son habituales en grabados y relieves de múltiples culturas.

Brazaletes y Pulseras

Las más antiguas son de gran simplicidad, las prehistóricas suelen ser de conchas perforadas o piedras unidas con pelos de animales. Las fabricadas durante la época faraónica en Egipto son más elaboradas. Están adornadas con piedras preciosas y dibujos. Los turdetanos y los pueblos comerciantes que recorrieron las costas mediterráneas entre el 3000 a.c y el 400 d.c. los fabricaban como anillos semi-cerrados y rematados en cabezas de animales. Griegos y romanos dotan sus creaciones  de formas espirales y las enriquecen con pedrería y colgantes. En épocas siguientes y hasta la segunda parte de la Edad Media, si bien si se tiene constancia de su uso en algunas civilizaciones, descendió la popularidad de su uso. Es a partir del año 1450 cuando se extiende el uso en las divisas de los juegos de armas de los Caballeros. A partir del siglo XIX y hasta nuestros días ha sido un elemento ornamental y de lujo especialmente entre la población femenina.

 

Aretes y  pendientes

Los zarcillos, aretes o pendientes con diferentes formas, materiales y usos han sido utilizados, al igual que collares y brazaletes, desde tiempos remotos. Se han encontrado abalorios con aspecto de aretes en sepulturas de más de 5000 años de antigüedad si bien nuestros antepasados los usaban colgándolos de la nariz.

Aretes, zarcillos y pendientes

En culturas donde las joyas tenían una gran implantación, los pendientes no fueron usados de forma generalizada si bien si se tiene información sobre su uso entre algunas damas de la realeza. La antigua Grecia y el imperio romano trabajaron piezas de manera más elaborada con repujados y la adicción de piedras preciosas o imágenes de cabezas de animales. A mediados del siglo XIX el uso de este complemento se populariza de forma generalizada hasta nuestros días en los que unos pendientes son atributo de belleza entre hombres y mujeres.

A.D.SAIZ

 

 

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