La plata de ley es versátil, sofisticada y atemporal. Este material seguramente es uno de los metales preciosos más queridos. Sin embargo ¿sabemos realmente que hace a esta aleación tan especial? Analizaremos a continuación que es la plata de ley y que la diferencia de otras platas o metales así como por que es usada por joyeros, diseñadores y consumidores
Oculta en la corteza terrestre, desde la antigüedad la plata ha sido reconocida como un metal precioso y valioso. Lo hemos extraído, fundido y acuñado desde que fue descubierto. Utilizada inicialmente como moneda de cambio y joyas ornamentales, la plata ha sido históricamente un símbolo de riqueza y posición social. Expresiones como servido en bandeja de plata o nacer con cuchara de plata ilustran las connotaciones que este metal ha tenido.
La plata pura es un metal increíblemente maleable y poco práctico para fabricar artículos que tienen algún de fricción, torsión o que estén sometidos a esfuerzo. Para hacerla de uso funcional, la ductilidad de la plata debía reforzarse con otros metales más fuertes, que le aportasen rigidez y dureza sin hacer que perdiese su singular belleza.
Ahí nace nuestra protagonista, la plata de ley. De una aleación hecha de plata pura y otros metales.
No sabemos con certeza cuándo apareció la primera aleación de plata. Lo que sí conocemos es que fue muy usada en el siglo XI. En Gran Bretaña, España, Francia y Portugal se acuñaron monedas con los rostros y armas de algunos reyes. Ya en el siglo XV, cuando los españoles descubrieron América, encontraron sus ricas minas de plata de las que los indígenas extraían y utilizaban este material.
En la actualidad, la plata de ley es el metal noble más utilizado en joyería y accesorios de alta gama y calidad. Pero no cualquier aleación de plata está etiquetada como plata de ley. La auténtica plata de ley debe tener una cantidad determinada de contenido de plata. La plata de ley está hecha casi totalmente de plata pura, exactamente el 92,5 por ciento de la aleación debe ser plata y el 7,5 por ciento restante proviene de otros metales. Esta ligera adición de otro metal le da a la plata resistencia y durabilidad sin afectar su hermosa apariencia blanco-gris.
La forma más fácil de saber si una pieza es de plata de ley es buscar el sello o contraste que lo certifique. De acuerdo con los estándares internacionales, toda la plata de ley debe estar marcada con el sello que indicará el contenido preciso de plata: .925, 925 o 92,5. En los países anglosajones puede venir marcada como ester o esterlina.
Generalmente encontrará la marca en un lugar poco visible, reversos, enganches o cierres. Los comerciantes y fabricantes de confianza le indicarán el contenido de plata exacto de su pieza.
Si es escéptico, hay algunas formas de probar el contenido de plata de sus joyas. Con un imán, con hielo, con ácido, etcétera. Sin embargo, en nuestra opinión, la mejor manera de ver si su pieza es de plata de primera ley es consultar con un joyero experto. Le indicará el valor exacto y calidad de sus joyas, y no correrá el riesgo de dañar accidentalmente su joya en el proceso.
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