A lo largo de la historia los hombres han tendido a personalizar sus posesiones mediante signos, símbolos, números, letras o formas. La combinación de letras de un nombre, de nombres y apellidos o de lugares de procedencia, son los llamados sellos o monogramas.
Se han verificado monogramas con una antigüedad superior a dos mil años. En el siglo I a. c., en Grecia, se utilizaban para asociar las monedas a la ciudad de su acuñación. Desde entonces artesanos, artistas y nobles utilizaron los monogramas como firmas o maracas de procedencia. Sin duda su auge se produjo durante la época victoriana donde la procedencia de algunos artículos debidamente firmados, eran signo de opulencia y estatus social.
Hoy en día, se han convertido en un símbolo de empresas, marcas, logotipos, estirpes o personas. Como no podía ser de otra manera, el mundo de la moda los ha incorporado en vestidos, bolsos, zapatos, camisetas y joyas.
De hecho es en esta última, en joyería, donde se le ha prestado una mayor atención creando líneas y estilos que marcan tendencia en el mundo de la moda. Se crean combinando letras, linealmente o en superposición, para obtener un símbolo. Ese “objeto” será tu identificación, sello o logotipo.
Los monogramas aportan un sello distintivo que los hace sofisticados. En joyería, permite que las piezas se conviertan en diseños personalizados y únicos razón por la que estos complementos gozan de gran popularidad.
Los joyeros, salvo excepciones, usan de una a tres letras para realizar la pieza. La inicial del nombre y de uno o dos apellidos es la combinación más usual. Pero no la única, dado que es el usuario el que concede la importancia a cada una de las letras. Las letras se encadenan entre sí con voluptuosas formas. Sin embargo, algunos diseñadores no se limitan a las clásicas tres letras, lo que lleva a algunos diseños únicos, bellos y en ocasiones arriesgados.
En general, las letras de un monograma clásico moderno están dispuestas horizontalmente sea cual sea su número pero existen excepciones o variaciones, como la disposición vertical y en algunos casos la incorporación de signos o símbolos.
El tipo de letra usado en los monogramas puede diferir. Letras redondeadas y superpuestas o clásicas y estilizadas, aunque suelen utilizarse letras de corte itálico con un toque recargado y barroco.
Hay diferentes tipos de Monograma:
- El que solo se realiza con una inicial. En este caso el tipo de letra elegido dará fuerza al producto final.
- El que configura como un bloque de tres letras en las que todas tienen la misma altura y grosor.
- El clásico, en el que la caligrafía de las letras se realiza en un tipo cursivo siendo más pequeñas las iniciales de los lados, confiriéndole mayor protagonismo a la central.
- El multinivel o apilado. En este diseño todas o alguna de las letras se sitúan en diferente nivel, una sobre otra.
- El estilo trenzado. Es parecido al clásico pero el tipo de letra permite encadenar las letras unas a otras, puede tener alguna floritura y es el estilo más barroco de todos.
- El monograma circular, compone el círculo con dos o tres letras. En ocasiones se complementa con una circunferencia a modo de contenedor.
- Monogramas geométricos. El esquema es el mismo que en el circular pero con la forma de otras figuras, rectángulos, triángulos, óvalos, forma de diamante, etc.
Dada la versatilidad de los monogramas, se pueden utilizar para confeccionar todo tipo de joyas, collares con monograma, anillos con monograma o pulseras con monograma. Estos se pueden fabricar con diferentes técnicas. Las más habituales son el grabado, estampado o troquelado.
En definitiva, podemos decir que existe un monograma para cada persona. Desde los más llamativos y sugerentes hasta los más discretos y minimalistas. Cada uno puede y debe elegir el que más se adapte a su personalidad.
Al tratarse de un sello personal con el que el usuario se identifica, nuestra opinión es que la joya ha de realizarse sobre un material noble. Una Plata de Primera Ley, en cualquiera de sus acabados, será una buena opción además de asequible. El oro, algo más caro, sin duda es la ideal. Sea cual sea el metal elegido, es importante valorar el color en el que lo compramos. En ocasiones el diseño realza más en un color que en otro.
En definitiva, si sientes pasión por las joyas personalizadas lucir un monograma está a tu alcance. Además, estos complementos también son excelentes regalos. Si hay una persona especial con la que quieras compartir, este será el presente adecuado.
A.D.SAIZ
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