Antes de poder lucir la joya que hemos fabricado y manufacturado hay que pasar un proceso más donde daremos la belleza definitiva al producto. Solo tras estos pasos el producto estará listo para ser portado por mujeres y hombres de cualquier punto del globo. Cuatro son las acciones básicas en esta etapa de producción si bien es cierto que alguna de ellas, dependiendo de la joya y del artesano, ha podido ser realizada en etapas anteriores.
Acabado del proceso manual. Una vez que el proceso de colada ha terminado y el operario ha entregado los productos al siguiente departamento, donde se presta una atención extrema al pulido y abrillantado, las piezas más relevantes se terminan a mano con el fin de cumplir con los altos estándares que permitirán enviar la joya a todos los rincones del mundo.
Electrolisis. En los últimos treinta años se han realizado considerables mejoras técnicas en la galvanoplastia y especialmente en todo lo que se refiere a joyería. La mayor parte de los acabados se realizan por electro-deposición, rodio, cobre, cromo u otros metales. Como hemos explicado en anteriores post, el proceso se ejecuta pasando una corriente eléctrica a través de una solución y luego canalizando el metal de chapado de la pieza de metal puro a la joya a través de una solución. Es fundamental que en la fase anterior la joya se puliese y abrillantase a la perfección. De lo contrario en esta fase afloraran defectos e imperfecciones.
Control de calidad. Una vez terminado el proceso de galvanoplastia, el producto es llevado al departamento de control donde cada pieza se comprueba con minuciosa atención para descartar cualquier posible defecto. Este proceso de control de calidad es realizado por trabajadores muy experimentados y todas las piezas defectuosas se devuelven a los departamentos respectivos.
Embalaje y transporte. Finalmente, una vez que todos los productos han pasado todas las inspecciones y comprobaciones, se envían para su embalaje final y etiquetado. Cada producto se coloca cuidadosamente en el embalaje adecuado que evitará cualquier tipo de daño durante el transporte. Así, cada joya, independientemente de su tamaño, peso y valor, pasa por un proceso de fabricación largo y complejo que trata y mima una a una cada pieza como lo que es: valiosa, preciosa y única.
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