El proceso de fabricación de joyas incluye la mayoría de las tecnologías avanzadas fruto de un I+D continuado. La fabricación de una joya puede comportar un proceso y procedimiento largo y lento que resultará crítico en alguna de sus fases. Cada pieza es sometida a una serie de procesos antes de que obtengamos el producto terminado, una magnífica joya. Los componentes naturales de la joyería (piedras, metales y accesorios) pasan por múltiples procesos y requieren mucho tiempo y habilidad. Excepto para la joyería personalizada que es artesanal, la mayor parte de la joyería es ejecutada mediante máquinas de colada.
A continuación describimos brevemente los procesos fundamentales que intervienen en la cadena de fabricación de una joya.
Para producir una pieza única, el primer paso es crear un diseño. En este punto comienza la magia. La idea de la pieza final se comunica a un diseñador, este hace un bosquejo del diseño. Este proceso o anteproyecto es ejecutado por los artesanos competentes utilizando técnicas y métodos transmitidos a lo largo de décadas. Cada fase de joyería está definida con conceptos propios. Un concepto es un diseño básico en la mente del diseñador. El producto final es el resultado de una estrecha colaboración entre el diseñador y el artesano.
Una vez completada la pieza maestra, la joya de muestra, se utiliza para hacer un molde de alta tecnología, que a su vez se utiliza para hacer reproducciones de cera del modelo. Después de completar el croquis con todos los detalles finos, se pasa a la sección de moldeado. En el departamento de moldeado profesionales muy experimentados realizan la base fundamental para la realización de la joya, el molde principal.
La fundición es un proceso muy complejo y requiere de los más experimentados operarios para obtener el producto final deseado. Comienzan las primeras pruebas. Las réplicas de cera se colocan en recipientes de acero llenados después con un compuesto químico; los recipientes se calientan en una cámara a 550 ◦ C que solidifica el polvo y funde la cera dejando atrás un molde perfecto. El metal licuado se vierte entonces en los moldes y se deja enfriar. Se desmoldan una vez fríos obteniendo de esta colada las primeras formas de nuestras joyas.
Cada una de las piezas resultantes del proceso anterior, debe someterse a un proceso de limpieza y pulido para comenzar el montaje. Cada una de las piezas de la joya final debe ser sometida a este proceso pues de la limpieza y suavidad del pulido dependerá, en gran parte, la belleza de la joya resultante. Todos los restos de sebo o tinturas utilizados para el pulido deberán ser eliminados en una fase posterior mediante lavados o procesos de limpieza por ultrasonido.
Después de que el producto ha pasado por la fase de pulido y acabado, se somete al proceso de embellecimiento. En este proceso se requiere una exactitud extrema pues de él depende un acabado final excelente. Engarzado y ajuste de gemas o añadido de filigranas y elementos adicionales completarán cada pieza. Esta fase requiere una gran paciencia y habilidad para realizar el trabajo perfecto.
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