Ya ha quedado claro que todos tenemos un color preferido que es el que predomina en nuestra vida. Si repasamos nuestro comportamiento observaremos que tendemos a vestir un color determinado de forma repetitiva y habitual y en muchas ocasiones no nos hemos parado a pensar porqué.
Lo cierto es que de una forma o de otra vamos diciéndole a todo el mundo como somos, que nos motiva o que nos preocupa, cuanto de animales sociales somos y mucha más información. O al menos eso es lo que opinan los especialistas en la Psicología del Color.
El color que simboliza la inocencia es el blanco. Generalmente las personas que gustan de vestir este color tratan de trasmitir a los demás, y posiblemente a ellas mismas, de un estado de ánimo puro y equilibrado. Suelen, eso sí, ser personas cuidadosas y meticulosas que son capaces de mantener el blanco, blanco.
Si tu color preferido es de color marrón eres una persona con pocos dobleces que adora la comodidad. Poco amigo de lo extravagante gustas de la naturalidad en las cosas y eres capaz de adaptarte al cambio, cuando llega, con gran facilidad y sin resistencias. Los que adoran este color son fiables y directos.
Si eres una idealista feliz, que se subestima con demasiada frecuencia seguro que te apasiona el amarillo. Que te guste este color más que cualquier otro requiere de un tipo de personalidad concreta con un grado de optimismo que el resto de los mortales no tenemos. Por esta razón, el optimismo y el idealismo que viene aparejado, hace que las personas que gustan del amarillo en ocasiones parezcan distantes y algo alocados.
Hemos repasado colores primarios y secundarios. Los colores terciarios no tendrían fin pues al final dependerán de las mezclas, tonos y matices que añadamos. De ello se deduce que hay tantos colores como personalidades y personas. Cada cual forja su carácter y modo de ser desde la cuna y a lo largo de su vida puede cambiar sus gustos por un color u otro. Además los factores ambientales influyen dramáticamente en nuestros gustos.
A.D.SAIZ
Comments (0)