¿Qué joyas regalar en un aniversario? Decimonoveno a vigesimocuarto

Entre el decimonoveno y el vigesimocuarto aniversario hay mucho que celebrar. Muchos momentos vividos inolvidables, anécdotas, sufrimiento, felicidad y todo lo que conforma nuestra propia historia.

Tomarnos un momento para la celebración y elegir la joya adecuada para festejarla es un acto que nos trasciende. Una maravillosa ocasión para acentuar el siguiente hito en nuestra existencia.

 Aguamarina en el decimonoveno aniversario. Al igual que la esmeralda procede del berilo siendo una gema muy apreciada en joyería por su color y dureza. Su color azul con múltiples tonalidades cambiantes recuerda el color del mar en sus encuentros con la arena, de ahí su nombre -del latín, “aqua marina”-. Tradicionalmente, entre otros muchos símbolos, lo ha sido de la fidelidad y la esperanza. Esa es la razón por la que celebrando un decimonoveno aniversario una joya ha de contener esta piedra.

 

A los veinte, una Esmeralda. Sus hermosos matices en colores verdes hacen esta gema ideal para cualquier pieza de joyería, aunque es frágil debido a su formación en capas. Aunque es un clásico de la elegancia, cuando se engarza en anillos ha de usarse con cuidado, reservándolo para las grandes ocasiones. Debido a esa fragilidad, las esmeraldas se tratan, en algunas ocasiones, con aceites, parafinas y resinas que rellenan fisuras y mejoran la calidad de las piedras.

 Iolita en el vigesimoprimero. Su nombre deriva del griego antiguo “ios” que significaba “violeta” y describe a la perfección el color de la gema. Cuando se corta convenientemente se obtienen piezas de un azul violáceo que no tienen parangón en color con ninguna otra gema de tonos azules. Con el devenir de los años se ha visto eclipsada por otras gemas de tonos azules más fáciles de tallar y, por lo tanto, más populares. Un vigesimoprimer aniversario merece el esfuerzo de buscar una joya así.

 

Celebrar los dos patitos con una Espinela. Es otra gema que no recibe la suficiente valoración por el gran público por el gran número de colores en el que se puede encontrar y por su precio asequible. La variedad de su coloración se debe  a la presencia de impurezas en sus cristales. La más popular, al menos en la edad media, la espinela roja que debe su color a la presencia de cromo o aluminio. La Ceilanita o espinela negra, por su alto contenido en hierro, confiere a cualquier joya, especialmente si el metal es blanco, un encanto dramático de una elegancia sin par.

En el vigésimo tercero el Topacio Imperial. El topacio es una de las piedras a la que históricamente se le ha dado mayor relevancia, pero la variedad dorada, el topacio imperial, quizás haya sido la más deseada y valorada. Los antiguos egipcios pensaban que era la piedra de Ra, dios del sol. Desgraciadamente para los hombres, en la actualidad no es fácil encontrar joyas con esta gema diseñadas para ellos de forma estandar. Si te lo puedes permitir házsela fabricar, si no invítale a algo de un color parecido, por ejemplo un brandy.

 

Tanzanita en el vigesimocuarto. Es una gema de reciente descubrimiento dado que fue descubierta en la segunda mitad del siglo pasado en Tanzania, de ahí su nombre. Existen ejemplares de hasta de 16.839 quilates (3,8kg). No te apures, puedes encontrar ejemplares de inigualable belleza más pequeños y asequibles con sus inconfundibles tonos entre púrpura y violeta. Debido a su color, combina mejor con el oro blanco, el platino o la plata. Cuando llevas una joya con tanzanita, no pasa desapercibida.

 

A.D.SAIZ

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