¿Cuándo regalar joyas?

Cualquier celebración se puede hacer más memorable y edulcorada si la aderezamos con el regalo de una joya. No obstante, existen fechas e hitos señalados a lo largo de la vida de una persona que parecen hechos para conmemorarlos mediante una joya. Algunos señalados y marcados en la memoria colectiva, como por ejemplo un nacimiento, una boda o una graduación. Otros son más prosaicos pero no menos importantes, como conseguir bajar de un determinado peso o nadar una distancia larga.

Puedes regalar una joya a un familiar o amigo con motivo de algún evento concreto pero también puedes regalártela a ti misma para celebrar la consecución de un objetivo determinado que valorarás y recordarás cada vez que la luzcas o la mires.

Vamos a repasar algunas circunstancias o hitos de la vida en los que son plausibles los regalos y recuerdos con joyas.

Algunas etapas de la Infancia han de ser recordadas por el esfuerzo y por su importancia en la conformación del carácter del individuo. Planificar cada una de las etapas para reforzar el éxito de su avance, por ejemplo acabar Educación Primaria, Educación Secundaria y Educación Superior, pueden ser reforzadas y recordadas, por todo lo que han supuesto, si se asocian a la joya adecuada ¡Excelente Trabajo!. Una pulsera, un colgante, unos pendientes o un reloj, pueden ser los acicates en esa dura escalada.

Hay otras etapas en la vida de un niño que constituyen buenas oportunidades para un regalo, la Primera Comunión o simplemente la culminación de una temporada exitosa para él o ella.

Otro hito importante en nuestra vida son los Cumpleaños. Es verdad que lo hacemos todos los años pero hay algunos que son diferentes por marcar un punto de inflexión en nuestra existencia. Los dieciocho representan la mayoría de edad, el primero de cada década nos hace sentir algo diferente sobre todo a partir de los treinta. Por último los números redondos, los veinticinco, los cincuenta, los setenta y cinco y, cada vez más, los cien. En estas circunstancias el regalo puede ser de alguien que nos quiere o de nosotros mismos. “Me voy a dar el capricho de los cincuenta”.

La llegada al mundo de un nuevo ser es uno de los acontecimientos mas celebrados en el seno de una familia. Un Nacimiento ha de ser siempre una buena noticia y un motivo para agasajar al neonato y, cómo no, a su mamá. En algunas culturas, como la hindú, la tradición marca que la joven madre recibe en este momento las joyas familiares de parte de sus padres y suegros. Para nosotros un collar que conmemore el hito es suficiente.

Relacionados con etapas religiosas, más o menos paganizadas en la actualidad, se siguen celebrando por los más creyentes los Bautizos, Confirmaciones, Comuniones y Bodas.  Alrededor de las Bodas y de todo lo relacionado con ellas es donde más se ha estandarizado el uso y regalo de joyas. Anillos de compromiso, de pedida o de boda son los ejemplos más usuales y conocidos.

Por último mencionar la celebración de hitos de gran impacto social o emocional en la vida de algunos individuos. La concesión de un premio a un determinado mérito o trabajo, la celebración de un determinado número de años trabajando en una empresa o el día de la jubilación son algunos ejemplos conocidos por todos.

A partir de aquí la imaginación es el límite. Regalar una joya a alguien por quien sentimos una profunda admiración, agradecer un servicio prestado o manifestar un sentimiento de forma abierta. Cualquier ocasión es una buena ocasión para regalar una joya.

 Anabely

 

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