¿Qué tipo de cierre elijo para mi pulsera?

Hemos visto en algunos post anteriores los distintos tipos de pulsera en función de sus materiales, cadenas, formas o componentes. Todas ellas tienen algo en común, el cierre. Cualquier diseñador considera este elemento como fundamental pues tiene que cubrir y cumplir con el cometido de abrochar con el de no restar protagonismo a la creación y, por supuesto, dotar a la joya de seguridad. Algunas de tipo brazalete carecen de este mecanismo. Vamos a repasar algunos de los más usuales y sus características.

Entre los más conocidos y seguros encontramos el llamado Broche Pinza de Langosta. Este mantiene unidas ambas partes de la pulsera mediante un resorte que cierra la argolla de sujeción. El mecanismo es parecido al que usan los escaladores en sus fijaciones mediante mosquetones. El broche se activa mediante una pequeña palanca, generalmente con la uña, abriendo la argolla el tiempo suficiente para insertar la anilla del otro extremo de la pulsera o collar. Al soltar un pequeño muelle mantiene cerrado el cierre. El nombre de Langosta viene dado por la similitud con las pinzas de este crustáceo. Por si solo es un sistema seguro.

La popular Reasa toma su nombre de la reasa marinera y el funcionamiento es prácticamente igual al broche pinza de langosta. Es muy popular en la joyería ligera y bisutería. Es un mecanismo seguro.

Los Cierres de Palanca son usuales y prácticos. También conocidos como de aro y barrita están formados por una anilla a través de la cual se introduce el otro extremo acabado en forma de T articulada. Es un cierre usual en pulseras con cadenas ligeras y en pulseras de fantasía. Es muy cómodo pero no demasiado seguro.

En muchos modelos de pulseras es habitual encontrar Cierres de Caja debido a la posibilidad de dejar el cierre oculto. Este cierre se asemeja a una pequeña caja, de ahí su nombre, en el interior de la cual se sitúa una pequeña pestaña de metal que ha de encajar en el otro extremo cuando este se introduce en su interior mediante la presión ejercida por un pequeño muelle. Podemos decir que este mecanismo es similar al de un resbalón de cierre en un pestillo tradicional en una puerta. En su contra hemos de decir que solo son válidos en pulseras ligeras pues la tensión aplicada en los resortes tiene una fuerza limitada. Su seguridad es limitada.

Muchos joyeros apuestan por escamotear a la vista  las uniones de sus diseños mediante Cierres Ocultos. Pueden tener múltiples formas y diseños y por lo general se basan en mecanismos de presión. Si no se combinan con otros elementos no son demasiado seguros.

Todos los tipos de cierre que hemos repasado aquí, los más usados, tienen un aliado que pueden emplear con ellos. También en solitario, el Cierre de Seguridad. Los hay de muchas formas y con diferentes cometidos, desde proteger la punta de un alfiler, por ejemplo en un Pendiente de Botón a las argollas de seguridad que retienen mediante presillas, por ejemplo, un cierre de caja. Estos cierres han sido muy populares a lo largo de la historia pues evitaban la pérdida o sustracción de joyas que en algunas ocasiones representaban el esfuerzo y ahorro de muchos años.

Ni que decir tiene que podemos encontrar en el mercado tantos tipos de cierre como nuestra imaginación nos permita pensar, de gancho, de rosca, magnéticos, presión, cremallera y un largo etcétera.

Por lo general  lo que deseamos es que nuestra pulsera se remate con un cierre que no sea el foco de referencia de la joya, que sea cómodo y nos aporte un nivel de seguridad aceptable. En definitiva, que nos permita disfrutar de nuestra joya sin más.

A.D.SAIZ

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