Las sorpresas son una excelente manera de transmitir amor en un envoltorio diferente. Una sorpresa impredecible será el deleite de pareja y convertirá un día ordinario en una experiencia inolvidable. Las sorpresas son una forma de trasmitir al otro tu consideración y cariño. Le estas diciendo que sigue estando ahí, presente para ti, como el primer día, como la primera vez.
Toda relación, reciente o larga, se nutre de un elemento de imprevisibilidad y diversión. Si estás viviendo con tu pareja desde hace tiempo, habrás notado que tu convivencia tiene diferente intensidad a la que se percibía cuando comenzabais. Este fenómeno es normal, con el tiempo, si no estamos alerta, toda relación se “normaliza” en unos acontecimientos diarios llamados rutina y en la que de forma inconsciente tomamos nuestra relación y al otro como algo que está ahí y “se mantiene solo”, como por inercia. También, a menudo, los problemas de relación -no tienen por qué ser importantes- van minando el día a día hasta descubrir que esa conexión que creíamos tener se ha desvanecido.
Es importante, por lo tanto, crear pequeños terremotos en nuestra relación. Ahí es donde nuestra capacidad de sorprender al otro activará esa chispa y nos sacará de esa rutina en la que sin darnos cuenta vamos entrando con el tiempo.
Una sorpresa no tiene por qué ser cara. Sorprender a nuestra pareja no tiene porqué costarnos dinero. Por ejemplo, cuanto hace que no le dices “Te Quiero”. Ponle cartelitos diciéndole lo mucho que le quieres en aquellos lugares en los que pueda verlos, en el espejo, en el microondas, en la puerta, en la televisión…., conseguirás, cuando menos, arrancarle una hermosa sonrisa.
Es muy gratificante para todos cuando hacen hincapié en alguna de nuestras acciones, por ejemplo, “Me encanta como me miras”. Si es así, ¡díselo! No esperes más. Es verdad que no todos somos igual de expresivos y extrovertidos pero estamos hablando de nuestra relación y hemos de hacer el esfuerzo y aprender a decir, a expresar, a manifestar lo que sentimos por el otro.
Comparte su actividad favorita. Aun que no te guste. Llévale al futbol, al teatro, al cine o a la ópera. Donde sea que se encuentre a gusto. Si coincidís en la afición disfrutareis doblemente si no disfruta de tu pareja, viéndola disfrutar.
Planifica una cena casera. Sin motivo. Sorpréndele con una mesa con flores y velas. Con su plato favorito y con un buen vino español. Tu pareja se sentirá, primero desorientada, después sorprendida, mas tarde alagada y finalmente re-enamorada.
Cambia tu aspecto. Seguro que tu pareja te quiere tal y como eres. No obstante puede ser interesante mostrarte de manera diferente, al menos en cuanto a vestimenta se refiere. La sorpresa está asegurada, la magia del momento dependerá de tus gustos y de los suyos. Aunque te diga “¡Qué horror!” habrá merecido la pena.
Hazle un regalo. Si tu situación te lo permite hazle un regalo sorpresa. Le harás sentirse descolocado primero y especial después. Un libro, un collar con su nombre, unas flores… Cualquier idea es buena si le aplicas sentido común. Por ejemplo, si le regalas una mascota, que sea al gusto de tu pareja no al tuyo. Además asegúrate antes de que está preparada para cuidarla y mantenerla.
Prepara una fiesta sorpresa. Con amigos, familia o ambos. Se sentirá muy halagada tu pareja con una sorpresa de este tipo. Solo deberás ser cuidadoso con el momento elegido. Tienes que procurar que este descansada (nunca al final de una jornada de trabajo) y sobre todo ¡¡¡Que no se lo espere!!!
Nuestra pareja es la base de nuestra familia y un compañero vital. Hemos de cuidarla como a nosotros mismos, si no más. Si lo hacemos envejeceremos al unísono y venceremos todas las trabas y barreras con la que la vida nos sorprende. Mima tu relación.
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