¿Quiénes han sido los más famosos diseñadores españoles de moda?... Garcia, Loewe, Mir,…

Llegados al mundo del diseño, creación o alta costura por distintos caminos y con diferentes formaciones, ecléctica en muchos casos, consiguieron y consiguen que la moda española ocupe un lugar destacado. Son la demostración palpable de que es posible innovar, diseñar y destacar en ese complejo mundo. Hablamos de precursores españoles en la moda internacional, de trabajadores incansables, de genios que han elevado, reforzado y cimentado la marca España con su trabajo y creatividad.

Purificación Garcia (1952). Esta orensana, nacida en Castrelo do Valle, comenzó su vida como otros tantos españoles, emigrando con su familia para encontrar opciones que aquí no existían. En Uruguay, más concretamente en Montevideo, se incorporo como aprendiz en una empresa de confección tomando contacto con la que sería su profesión. A principio de los setenta se instaló en Canadá, allí tomaría contacto con el mundo de la piel al tiempo que realizaba estudios de Ingeniería Textil.  Poco cómoda con el estilo de vida canadiense viajo a New York, ciudad en la que permaneció un año, para regresar posteriormente a Mallorca en 1978. En la década de los ochenta fijo su residencia definitiva en Barcelona. Pocos meses después presentaría su primera colección completa. Su vocación internacional se reafirma con la apertura de su primera tienda en Amberes. A finales del decenio comenzaría un periodo de éxitos internacionales tras presentar sus creaciones en Milán y, unos meses después, en Tokio. En este último país abriría tiendas, además de Tokio, en Osaka y Kioto. En 1995 inauguraria su primera tienda-taller en Barcelona. Actualmente, con su marca, dirige más de cincuenta tiendas en territorio nacional comercializando sus productos, también, a través de tiendas multimarca.

 

Enrique Loewe  Lynch(1941). Este madrileño,  bisnieto del fundador de la firma, Enrique Loewe Roessberg, estudio Ciencias Económicas. Al finalizar sus estudios empezó a trabajar en la empresa familiar reclamado por la junta directiva que requería a un Loewe para el día a día, dado que las ausencias por viajes de su padre eran continuas. Su padre, en un principio, no apoyo su incorporación. Durante los años setenta, su rol fue fundamental para el desarrollo internacional de la firma, en particular el mercado asiático. Enrique Loewe consiguió durante esta época la colaboración de Armani. A este le siguieron otros muchos que contribuyeron a posicionar la firma como icono de lujo y moda. En los setenta Loewe incorporaría  su línea de perfumes y el “prêt-a-porter”. En la década siguiente la firma viviría sus años más convulsos por la entrada “hostil”  en el accionariado del Grupo Rumasa.  Concluida la expropiación de la empres de Ruiz Mateos un grupo de empresarios capitaneado por el propio Enrique compraron al estado las acciones en litigio y consiguieron reflotar la empresa durante los siguientes doce años. En la segunda mitad de los noventa la empresa fue vendida al grupo francés LVMH.

 

Carmen Mir (1903 – 1986). Nacida en Manresa en el seno de una familia relacionada con el mundo de la fabricación y comercialización de tejidos, seguramente influenciada por ello, con un sentimiento de fuerte amor por las creaciones de moda,  se iniciaría como modista a los dieciocho años. Comenzar desde una edad temprana le formo en un profundo conocimiento de su profesión lo que le granjeó un enorme respeto por parte de sus contemporáneos y ser reconocida como una autentica maestra. En la primera mitad de los años cuarenta crearía su propia firma en Manresa,  trasladándose a Barcelona a final de esa década, donde abriría varias sedes. A finales de los cincuenta empleaba más de 150 trabajadores. Su popularidad alcanzó grandes cotas en los prolíficos 60 y 70, formando parte de la Cooperativa de Alta Costura Española, a la que fue invitada en 1964, relacionándose de tu a tú con los grandes genios del momento y realizando la presentación de sus colecciones internacionalmente en Bruselas, Sidney o Estados Unidos, entre otros lugares. Sus diseños conectaron con la sensibilidad de la calle, lugar en el que ella buscaba su inspiración. Amante de la costura a mano, a medida, con un patrón para cada clienta, Carmen, cedería el testigo y la dirección de su firma a Elisa Lacambra, su mano derecha, a finales de la década de los setenta.

A.D.SAIZ

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